Cliff Bell

John Clifford Bell nació en Cincinnati el 3 de febrero de 1886. Con sólo una educación de cuarto grado, se trasladó a Detroit al principio de su adolescencia. A los 16 años, su padre, agitador obrero socialista y tabernero irlandés, puso a Cliff a trabajar como portero en su pub de la calle John R y así comenzó el legado de Cliff Bell de proporcionar entretenimiento a la ciudad de Detroit.

Cuando empezó la Ley Seca en 1919, muchos de los abrevaderos de Detroit cerraron, dejando al joven Cliff Bell sin trabajo y amargado por lo que consideraba «una infracción injustificada de los privilegios personales de los estadounidenses de sangre roja». » No pasó mucho tiempo antes de que Bell volviera a la acción, abriendo un «bar clandestino» tras otro durante los 14 años de la Ley Seca.

En 1922, empezó a operar en el desaparecido Grand Circus Chop House, detrás del Detroit Athletic Club. Más conocido como el DAC Annex, los socios podían escabullirse del club seco para tomar una copa rápida, pero el Annex llamaba demasiado la atención y Cliff se desvinculó optando en su lugar por un garito de barrio de perfil más bajo en el 48 de Lothrop llamado The Parisian Club.

En 1930, abrió el Erskine Bridge Club en la esquina de Erskine y John R. No había ni una baraja de cartas en el local, era conocido por sus licores de calidad procedentes de Quebec. Sobre el club, un artículo del Hotel and Restaurant Journal de 1954 decía: «Parece que pocas personas reconocen o recuerdan la historia de alguna innovación años después de su aparición. Así ocurre que casi nadie recuerda que fue Cliff Bell quien introdujo los taburetes de bar en la taberna o viceversa. El Erskine Bridge Club, hasta donde se ha podido determinar, fue la primera taberna que tuvo taburetes en la barra». A principios de los años 30 estaba claro que la Ley Seca no iba a durar, así que Bell empezó a buscar nuevas formas de competir con la multitud de bares que se abrirían con la derogación. En 1933, abrió el Club Commodore en Peterboro 72, donde empezó a presentar a los mejores artistas de Hollywood y Nueva York. El local fue un éxito rotundo, pero lo mejor aún estaba por llegar para Cliff Bell. En contra del consejo de sus socios, abrió su emblemático club Cliff Bell’s en Park Avenue en 1935. Era un lugar lujoso hecho de caoba y latón.

Contaba con refrigeración y aire acondicionado de última generación, tecnología tan nueva que el Free Press publicó fotos de las unidades. El club también contaba con las características mesas auxiliares de bar de Cliff, una idea heredada del Erskine Bridge Club.

Dirigió el club desde 1935 hasta su jubilación en 1958 y disfrutó de otros 20 años de reposo con su esposa Maude antes de morir el 12 de diciembre de 1977. Tenía 91 años.

El edificio que alberga Cliff Bell’s fue construido por la familia Campeau y diseñado por Albert Kahn. Originalmente iba a tener 10 pisos, pero cuando llegó la depresión se limitó a dos. El famoso arquitecto Charles Agree, que también diseñó el Hotel Wittier en el río, los Apartamentos Belcrest en la avenida Cass y el Lee Plaza en el bulevar West Grand, diseñó el propio club. Más tarde, Agree diseñó muchas plazas comerciales, incluido el centro comercial Oakland Mall de Madison Heights.

Durante los años 30, 40 y 50, Cliff Bell’s y la taberna Town Pump fueron los dos extremos de lo que era el paseo nocturno más concurrido de Detroit, con clubes, pubs y burlesques salpicando Park Avenue. Durante los años 70 y 80, el Club funcionó con otros nombres. Muchos recuerdan La Bodega, La Cave o JB’s on the Park.

En 1985, el famoso club cerró y permaneció vacío hasta finales de 2005, cuando se inició la renovación del largo y cerrado club bajo una empresa conjunta de sus actuales propietarios Paul Howard, Scott Lowell y Carolyn Howard. En sólo seis meses (y mucho trabajo a pesar de los rumores de un simple «desempolvado»), el club estaba abierto de nuevo gracias a la ayuda de amigos, vecinos y familiares y al muy apreciado apoyo de los propietarios del edificio, Jerry y Lee Belanger.

Cliff Bell’s vuelve a estar lleno de espíritu y canciones. Pero no te fíes de nuestra palabra…. Pásate a jugar una partida y experimenta por ti mismo el único Cliff Bell’s.