La vida de Emil Gilels

En este artículo, profundiza en la cautivadora vida de Emil Gilels, uno de los pianistas más estimados del siglo XX.

Desde sus prodigiosos comienzos en Odessa hasta su legendaria aclamación internacional, descubre cómo su excepcional talento y dedicación dejaron una huella indeleble en el mundo de la música clásica.

The Life Story of Emil Gilels​
Índice

Emil Gilels, nacido el 19 de octubre de 1916 en Odessa, Ucrania, sigue siendo uno de los pianistas más venerados del siglo XX. Su viaje desde niño prodigio en la Unión Soviética hasta artista aclamado internacionalmente es una historia de talento excepcional, dedicación y profunda perspicacia musical.

Vida temprana y educación

Emil Gilels demostró su destreza musical desde muy joven. Comenzó sus estudios de piano con Yakov Tkach y dio su primera actuación en público a la tierna edad de 12 años. Reconociendo su extraordinario talento, su familia apoyó su educación musical, lo que le llevó a ser admitido en el Conservatorio de Odessa. Allí estudió con Berta Reingbald, cuya rigurosa formación contribuyó a dar forma a su formidable técnica y su gama expresiva.

Ascenso a la fama

El ascenso de Gilels a la fama internacional comenzó con su triunfo en el Concurso Internacional Ysaÿe de Bruselas en 1938. Este triunfo no sólo le consagró como pianista destacado de su generación, sino que también le abrió las puertas de los escenarios internacionales. Su éxito en Bruselas fue precursor de su influyente papel en la escena musical soviética y mundial.

Lo más destacado de tu carrera

La carrera de Gilels estuvo marcada por numerosos hitos. Fue uno de los primeros artistas soviéticos a los que se permitió viajar y actuar en Occidente después de la Segunda Guerra Mundial, un logro importante dado el clima político de la época. Debutó en Estados Unidos en 1955, interpretando el Concierto para piano n.º 1 de Chaikovski. 1 con la Orquesta de Filadelfia bajo la dirección de Eugene Ormandy, fue un éxito sensacional. A esta actuación siguió una serie de aclamados conciertos por Estados Unidos y Europa.

Además de sus actuaciones como solista, Gilels era un consumado músico de cámara. Formó un notable trío con el violonchelista Mstislav Rostropovich y el violinista Leonid Kogan, interpretando y grabando obras de Haydn, Beethoven y Schumann, entre otros. Sus colaboraciones con estos artistas siguen siendo celebradas por su profundidad interpretativa y su precisión técnica.

Grabaciones y Repertorio

La extensa discografía de Gilels abarca desde obras barrocas hasta contemporáneas, lo que refleja su versátil arte. Era especialmente conocido por sus interpretaciones de Beethoven, Brahms y Schumann. Sus grabaciones de las sonatas de Beethoven, incluida la Sonata «Hammerklavier», se consideran puntos de referencia de la interpretación pianística clásica. Estas grabaciones, caracterizadas por su brillantez técnica y su intensidad emocional, siguen inspirando a pianistas y amantes de la música de todo el mundo.

Su trabajo con diversos sellos discográficos, como Melodiya, RCA, Columbia, EMI y Deutsche Grammophon, ha dejado una huella indeleble en el panorama de la música clásica. Cabe destacar que Gilels estaba grabando el ciclo completo de las sonatas para piano de Beethoven cuando falleció, dejando cinco sonatas sin grabar.

Vida personal y retos

A pesar de su éxito público, Gilels se enfrentó a retos personales, sobre todo en lo relativo a su salud. En 1981 sufrió un infarto tras un recital en el Concertgebouw de Ámsterdam, que marcó el inicio de su declive de salud. Siguió actuando, pero sus problemas de salud acabaron provocándole una muerte prematura el 14 de octubre de 1985, durante una intervención médica en Moscú.

Gilels se casó dos veces. Su primer matrimonio fue con la pianista Rosa Tamarkina en 1940, pero el matrimonio acabó en divorcio. En 1947 se casó con Fariset (Lala) Hutsistova, licenciada por el Conservatorio de Moscú. Tuvieron una hija, Elena, que siguió los pasos de su padre, se hizo pianista y actuaba a menudo con él.

Legado

El legado de Emil Gilels se conserva no sólo a través de sus grabaciones, sino también en el recuerdo de sus actuaciones en directo, célebres por su maestría técnica y su fuerza expresiva. Sus interpretaciones siguen siendo fuente de inspiración y admiración en el mundo de la música clásica. La habilidad de Gilels para combinar la precisión técnica con una profunda profundidad emocional ha cimentado su lugar como uno de los más grandes pianistas de la historia.

Su influencia va más allá de sus grabaciones; su papel como embajador cultural durante la época de la Guerra Fría ayudó a salvar la brecha entre la Unión Soviética y Occidente, mostrando el poder de la música como lenguaje universal. Las contribuciones de Gilels a la música clásica se conmemoran mediante diversos premios y reconocimientos, que garantizan que su arte siga resonando en las generaciones futuras.

En resumen, la historia de la vida de Emil Gilels es un testimonio del poder perdurable de la música y del extraordinario talento necesario para alcanzar la grandeza en el mundo del piano clásico. Su trayectoria desde joven prodigio en Odessa hasta pianista aclamado internacionalmente sigue siendo una inspiradora narración de dedicación, habilidad y excelencia artística.

Conclusión

En conclusión, el extraordinario viaje de Emil Gilels desde un joven prodigio en Odessa hasta convertirse en uno de los pianistas más estimados del siglo XX es un ejemplo de talento excepcional, dedicación y profunda perspicacia musical. Su rigurosa formación temprana y su irrupción internacional allanaron el camino para una carrera llena de logros monumentales. A pesar de sus problemas personales y de salud, las extensas e influyentes grabaciones de Gilels, así como su papel en la superación de las diferencias culturales durante la Guerra Fría, han dejado una huella indeleble en el mundo de la música clásica. Su legado sigue inspirando y resonando, consolidando su lugar entre los más grandes pianistas de la historia.

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